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Lo que todo el mundo quiere es el anfitrión de un sistema de salud que se encuentra con el momento de la angustia fÃsica y mental. Este servicio requiere de una buena y reconocida formación médica.
La cuestión gira alrededor de dos aspectos, uno cuantitativo y otro cualitativo.
La numérica necesitan más médicos en las zonas menos atractivas nunca ha sido un tema controversial. La cuestión es por qué no son atractivos, cómo hacerlos interesantes y, sobre todo, cómo lidiar con el factor tiempo para hacer estos cambios?
La aversión al riesgo debido a la vulnerabilidad personal y financiera de estas regiones se debe a la falta o la alta rotación. Situación que disminuye el tiempo de contacto y se deteriora la relación médico-paciente, que es crucial en la construcción de lazos con su humanitaria vÃnculo natural. Sumado a esto la falta de infraestructura hospitalaria y apoyo básico que socava el profesional que depende del equipo, además de los equipos.
Hay una fórmula muy conocida para resolver un número de médicos a través del modelo en poder de las Fuerzas Armadas. La propuesta de un proyecto de ley, interino o PEC se volvió a un sistema civil también obligatoria durante un año, que selecciona las escuelas de doctorado de Medicina Pública dejando el servicio militar limitado a las universidades privadas.
Esta actitud de sobra resolver la demanda aguda y permitir la discusión de una carrera estado de paz a los médicos brasileños, sin la necesidad de contratar mano de obra externa. Demostrar la sensibilidad del Gobierno de los pacientes y la disipación especulación electoral casuÃstica médica centrada energÃas en el cambio estructural en lugar de controversias innecesarias.
Los desarrollos actuales con los despidos médicos brasileños hacia los extranjeros y el clima de hostilidad por ambas partes van en la dirección incorrecta de la propuesta, que desfiguran su idea básica, y la pérdida de confianza entre los profesionales y los polÃticos. Para desvirtuar el médico sólo conducirá a más problemas en el largo plazo. Si el problema cuantitativo se ha considerado en esta propuesta serÃa discutir la segunda parte del desafÃo, la cualitativa. Por otra parte, el creciente número de escuelas de medicina en la última década sólo refuerza el capital humano disponible para llevarla a cabo.
Tal vez esa es la razón de la primera no se realizó debido a que la salud requiere altas inversiones y mantenimiento también costoso. La mala gestión es siempre apuntando a la desviación de fondos como el villano del sistema, sino un simple análisis de las cuentas públicas echa por tierra esta teorÃa. Necesitamos mejores gestores, pero no sólo le importa la salud!
PaÃses como Brasil dimensión geográfica requieren estrategias compatibles con la grandeza de su territorio y su gente. Aclarar qué dirección determinadas opciones de diseño es clave en una actitud honesta que siempre debemos tener en particular, cuando se trata del bien público.
Reconocer que algunos profesionales cometen errores, y ocurre en todas las profesiones con la evidente necesidad de la corrección, pero no puede ser una justificación para ponerlos a la regla de conducta de un grupo profesional. Insistir generar este tipo de restricción es tÃpica de las mentalidades autoritarias que no comparten el diálogo democrático, pero sólo comportarse como oyentes sin tener en cuenta los cambios en sus dogmas polÃticos.
Toda la sociedad paga un precio por sus decisiones y por las omisiones y las cuentas de salud, educación y seguridad están poniendo tan caro a los intereses de la negligencia que podrÃa llevar a la quiebra del tejido social.
La élite militar de no más médicos no será más que un colador grande que no se puede distorsionar la realidad de los establecimientos de salud. Los responsables de las direcciones actuales no pueden decir que no nos avisaron cuando las consecuencias previsiblemente infelices salen a la luz. Brasil tiene que ser mayor que sus defectos y necesidades para catalizar el cambio mediciones ponderadas al correcto y eficaz.