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Investigadores de la Universidad de Adelaida, Australia, mostró que las mujeres embarazadas que consumen comida chatarra en realidad puede causar cambios en el desarrollo de la vÃa de señalización opioide en el cerebro de los fetos.
La investigación sugiere que el cambio resulta en bebés menos sensibles a los opioides, que son liberados después del consumo de alimentos que son altos en grasa y azúcar. A su vez, estos niños, que nacen con una mayor "tolerancia" a la comida chatarra que necesitan comer más de estos alimentos para conseguir una "buena" respuesta.
"Los resultados de esta investigación en última instancia nos permitirá informar mejor a las mujeres embarazadas sobre los efectos a largo plazo que tiene la dieta en el desarrollo de las preferencias de sus hijos durante toda la vida y el riesgo de enfermedad metabólica. Esperamos que esto anime a las madres a tomar decisiones más saludables en la dieta que lleven a niños más sanos ", dice el investigador Beverly Mühlhäusler.
Cachorros Muhlausler y sus colegas estudiaron a dos grupos de ratas, uno de los cuales se alimenta con una comida normal y el otro habÃa recibido "comida basura" durante el embarazo y la lactancia humana.
Después del destete, los cachorros recibieron inyecciones diarias de un bloqueador del receptor de opioides, que bloquea la señalización opioide. El bloqueo de la señalización opioide reduce el consumo de grasas y azúcar, evitando la liberación de dopamina.
Los resultados mostraron que el bloqueador del receptor de opioide fue menos eficaz en la reducción de la ingesta de grasa y azúcar en los hijos de madres que fueron alimentados con comida chatarra, lo que sugiere que la vÃa de señalización opioide en estas crÃas es menos sensible que en los bebés cuyas madres habÃan consumido ración patrón.
"Este estudio muestra que la adicción a la comida basura es una verdadera adicción. Comida basura implica la quÃmica del cuerpo de la misma manera como el opio, la morfina o la heroÃna. Lamentablemente, la comida chatarra durante el embarazo transforma a los niños en adictos a este tipo de alimentos "dijo Gerald Weissmann, editor en jefe de The FASEB Journal, que publicó la investigación.