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Estudios de resonancia magnética revelan cómo la falta de sueño afecta las regiones cerebrales responsables de la elección de alimentos humanos. Estudio realizado en la Universidad de California, Estados Unidos, tiene el potencial para explicar la relación entre la pérdida de sueño y la obesidad.
Veintitrés adultos sanos participaron en dos sesiones utilizando resonancia magnética funcional (fMRI), una después de una noche de sueño normal y la otra después de una noche de privación de sueño. En ambas sesiones, los participantes consideraron que lo mucho que deseaba tener más alimentos que aparecen a ellos mientras estaban en el interior del escáner.
"Nuestro objetivo era ver si las regiones especÃficas del cerebro asociadas con el procesamiento de alimentos se vieron interrumpidos por la falta de sueño", dice la autora del estudio Stephanie Greer.
Los resultados muestran que la privación del sueño afecta significativamente la actividad cerebral en el lóbulo frontal, una región responsable de controlar el comportamiento y las decisiones complejas, como la selección de los alimentos. El estudio sugiere que la pérdida de sueño puede prevenir el desarrollo de las funciones más complejas del cerebro - que permite que las decisiones adecuadas de alimentos - que conducen a la utilización de áreas relacionadas con el deseo básico.
Greer añade que el defecto observado en el lóbulo frontal responsable de la optimización de recopilar la información necesaria para decidir sobre los tipos adecuados de alimentos para comer puede ser un mecanismo cerebral que explica la relación entre la pérdida de sueño y la obesidad.
"Estos resultados arrojan luz sobre cómo el cerebro se ve afectada por la falta de sueño, que conduce a la elección de alimentos inadecuados", concluye el investigador.